Con la presencia de distintos representantes de la industria audiovisual argentina y doce senadores, la Comisión de Sistemas de Medios de Comunicación analizó la crisis que viene atravesando el sector.

Este lunes 24 de agosto, la Comisión de Sistemas Medios de Comunicación y Libertad de Expresión de Argentina, que preside Alfredo Luenzo, discutió de manera virtual los desafíos que afronta la industria audiovisual nacional.

Además de la crisis del sector en general, acentuada por la pandemia de Covid pero que se arrastra desde años atrás, el debate también se centró en la problemática de la productora Polka.

En este sentido fueron invitados a participar Sergio Vainman, vicepresidente de Argentores; Ricardo Rodríguez, del Consejo Profesional TV de Argentores, Guillermo Tello, coordinador general Multisectorial Audiovisual DOAT; Horacio Arreceygor, secretario general del gremio de la TV; y Pablo Storino, secretario de Cultura y delegado Gremial en Polka.

Fueron invitados también a Manuel Rodríguez y Rolando Conte, del SUTEP; Alejandra Darín, presidenta de la Asociación Argentina de Actores y Luis Turco Alí, de la Asociación Argentina de Actores también.

«El motivo del encuentro fue tratar específicamente la crisis coyuntural de Polka pero para entender lo que pasa con esta productora, inevitablemente, había que abrir la mirada a la crítica situación general de la industria audiovisual. Polka no es un caso aislado sino el último caso de una larga crisis que afecta a nuestro sector y que requiere de medidas urgentes para revertirla», aseguro Sergio Vainman, vicepresidente de Argentores, tras el encuentro.

Durante su exposición, el vicepresidente de Argentores aseguró: «Ver solamente la situación de Polka sería mirar la realidad con un solo ojo. O con la mitad de un ojo. Es todo el sector audiovisual el que se encuentra en estado terminal. Y aunque no quiera parecer apocalíptico, tengo que usar ese término porque es el que describe con crudeza la cotidianeidad de todos los trabajadores del audiovisual en la Argentina. Así estamos y seguiremos en un camino descendente hasta el último infierno si no se hace algo urgente y contundente».

Entre otros aspectos, se planteó a los doce senadores presentes en la reunión la necesidad de aprobar la Ley de Economía del Conocimiento, en el marco de la cual la industria audiovisual podría hallar herramientas que ayuden a superar la grave situación presente.

«Son varias las leyes que podrían colaborar a revertir el estado de cosas en la industria, como la Ley de Televisión o una normativa que regule las plataformas. En ese sentido, hemos encontrado una buena predisposición entre los legisladores para comenzar a trabajar», agregó Vainman.

El rol de Polka, y la autoría en tiempos de Netflix

Por su parte, el Secretario del Consejo Profesional de Televisión de Argentores, Ricardo Rodríguez, repasó la trayectoria de Polka y destacó su importancia dentro de la industria audiovisual argentina aunque, al igual que Vainman, subrayó que no se entiende su crisis si no se explica la situación general del sector.

«Entre 1995 y 2020, Polka produjo 35 series, 13 telefilms, 42 novelas, 20 películas y 23 obras de teatro. Durante muchos años produjo dos novelas por año, además de por lo menos una serie, una película y alguna obra teatral», sostuvo Rodríguez.

«Para tener un parámetro para el mundo autoral, hay un dato preciso respecto a los autores que trabajaron para Polka entre 2014 y 2019: exactamente 152», agregó el Secretario del Consejo de Televisión de Argentores.

En cuanto a las plataformas de contenidos audiovisuales, Rodríguez señaló su importante rol para el desarrollo de la industria pero advirtió que se corre el riesgo de que se desdibuje la figura del autor. Para ello, citó un artículo del escritor Jorge Carrión titulado «La autoría en tiempos de Netflix», publicado por The New York Times.

«No hay duda de que las plataformas están inyectando dinero y fe en el trabajo de los creadores. Pero también es indudable que están modificando la idea de autoría. El mensaje que comunica Netflix en los primeros segundos de todas sus producciones es muy claro: “Una serie original de Netflix”. Las mismas palabras se encuentran en los carteles de publicidad de las paradas de autobús y estaciones de metro. Los espectadores pueden no recordar que Stranger Things es obra de los hermanos Duffer o The Crown, de Peter Morgan, pero saben sin duda a qué marca pertenecen. Y en el caso de autores menos conocidos, sus nombres son eclipsados», dice el texto de Carrión.

El debate completo puede verse aquí:

 

Bitnami