¿Producir ficción pensando en el público local? ¿O proyectar internacionalmente la serie desde el inicio? ¿Cómo alcanzar el equilibrio glocal? Más de una docena de rostros vinculados a la producción de ficción de TV en Iberoamérica ofrecen a ttvOriginals su visión del tema. El debate está servido.

Lo sabemos bien: vivimos en un mundo cada vez más global, donde las plataformas digitales han roto las fronteras provocando que las audiencias consuman series de territorios remotos, muchas veces más que las de su propio país. Y todo esto ha cambiado las reglas del negocio. ¿Pero qué impacto tiene en la forma de producir ficción para TV?

¿Hay que hacerlo pensando en el público local, sin buscar que el contenido viaje? ¿O, por el contrario, se debe proyectar internacionalmente la serie desde el inicio, al escribir la historia, elegir a los actores, definir las locaciones…? ¿Qué pasa, en este sentido, cuando hay más de un territorio involucrado en la producción? ¿Compensa producir en otro país? ¿Cómo alcanzar el equilibrio glocal?

Más de una docena de productores o ejecutivos vinculados a la producción de ficción de TV en Iberoamérica ofrecen a ttvOriginals su visión del tema. El debate está servido.

Primero, local

Uno de los players clave en este ecosistema es Turner Latin America, que en los últimos años decidió redoblar esfuerzos hacia la producción de ficción original y trabaja con el objetivo de producir hasta 15 series al año.

“Nosotros, a diferencia de otros competidores, producimos las series de TV para un público local. Si hacemos algo en México, pensamos en el público mexicano. Si luego esa serie tiene chances de viajar, genial, pero es algo posterior”, explica a ttvOriginals Tomás Yankelevich, EVP & Chief Content Officer de General Entertainment de la compañía.

Según relata, en Turner han visto con los contenidos non-scripted que, cuando hay participantes de diferentes países, si el de uno en particular queda fuera de la competencia, automáticamente el público de ese país se cae. “Preferimos sumarnos en algún proyecto local e invertir en un porcentaje pequeño de TV abierta y salir en segunda ventana en nuestros canales, o tener algún contenido distintivo aprovechando el catch-up. Consideramos que eso es mejor que hacer una inversión grande, esperando luego a que el resultado sea bueno en muchos países a la vez. Eso aumenta el riesgo”, sostiene Yankelevich.

En la misma línea trabaja, por ejemplo, la productora catalana El Terrat, responsable de la serie original de Movistar+ Mira lo que has hecho. “De momento buscamos ideas que funcionen sobre todo a nivel local. Porque incluso las plataformas globales nos piden que en principio la historia funcione localmente. El perfil de la cadena o la plataforma es fundamental para enfocar la propuesta”, señala David Llanes, director de Nuevos Proyectos de El Terrat, cuya huella internacional seguramente se potencie a partir de la reciente adquisición por parte del gigante Mediapro.

El desarrollo de historias locales es también una línea de trabajo para la chilena Invercine y Wood. “Estamos desarrollando contenido local pero que vuele hacia fuera. En definitiva, historias universales”, resume Macarena Cardone, productora ejecutiva.

Dignidad (Invercine y Wood, Storyhouse)

 

Sin embargo, la productora responsable de la serie Dignidad también trabaja en desarrollos fuera de Chile: “Estamos escribiendo una serie con Turner para México; y con Amazon a punto de cerrar un acuerdo para hacer una serie en Colombia”, revela Cardone.

Justamente, esta búsqueda de crecimiento mediante la producción fuera del propio país es una tendencia al alza en estos tiempos. Polka es uno de los exponentes del fenómeno: “El próximo paso es salir afuera de la Argentina (…) Nuestra idea ahora es salir en torno a contenidos que consideremos relevantes en otro tipo de mercados, como Colombia, México, España… donde veamos que hay una historia que nos gusta y nos parezca que Polka le puede sumar el know how de nuestra forma de contar, lo vamos a hacer”, asegura Manuel Martí, director de Desarrollo y Producción Internacional de Polka.

La también argentina Azteka Films ha dado un paso más allá, y para ampliar su “fuerza de producción y creativa hacia los mercados internacionales”, decidió trasladar su casa matriz a Madrid. Su CEO, Daniel Stigliano, cuenta a ttvOriginals: “Queremos generar acuerdos y producciones con Europa. Estamos buscando players españoles. Los desarrollos que tenemos son bastante importantes, integrales, hemos destinado mucho tiempo y dinero en ellos”.

Pero este no es un camino para todos. Productoras con un largo recorrido de éxitos en mercados internacionales, como la española Bambú Producciones (Gran hotel, Velvet, Fariña, Las chicas del cable), descartan esa posibilidad.

“Para hacer una serie argentina desde Bambú, o tenemos un showrunner argentino en casa, o va a ser muy difícil que la hagamos”, sentencia Ramón Campos, fundador y productor ejecutivo de Bambú. “El ejemplo está en Fariña. Nosotros hicimos esa serie porque somos gallegos y conocemos muy bien Galicia, vivimos muy cerca el narcotráfico. El 99% del equipo era gallego. Con el éxito que tuvo Fariña, nos vinieron a pedir una serie parecida en La Línea [de la Concepción], que es en el sur de España. Y dijimos que no. Porque nosotros no conocemos aquello, no sabemos cómo se comporta la gente, la jerga, cómo son los códigos de conducta. Entonces, quedaría muy falso que yo hiciese una serie en Argentina sin conocerlo para nada”.

Fariña (Bambú Producciones)

 

De hecho, Campos y su socia Teresa Fernández-Valdés lo tienen claro: “La búsqueda del mercado internacional no es algo que nos obsesione”.

Concebida con enfoque internacional

De cierto modo en el lado opuesto (no es todo tan blanco y negro), aparece Telemundo Global Studios (TGS), que con su reciente serie premium No te puedes esconder -un thriller de 10 episodios coproducido con Isla Audiovisual de España-, apostó por la proyección internacional del proyecto desde su génesis, con actores y actrices de ambas regiones y una historia que toca las dos orillas.

No te puedes esconder (Telemundo Global Studios, Isla Audiovisual)

 

“Queremos llegar a la gran audiencia hispana, que supera los 500 millones, y el talento español no puede estar ausente de ese fenómeno. El propósito era unir de forma orgánica en una serie los mundos de América y España, que intervinieran personajes españoles y latinos”, explica Marcos Santana, presidente de TGS.

Otra compañía que está también sumergiéndose en este terreno de la producción de series pensando desde el origen en tender puentes culturales, es Mondo TV Iberoamérica: “Nos hemos dado cuenta de que hay una alta demanda de parte del mercado internacional, y estamos buscando proyectos de ficción basados en historias reales, fuertes, que puedan vincular a América Latina con Europa, sobre todo con Italia y España. Buscamos personajes, acontecimientos y escándalos que de alguna forma hayan involucrado a esos países a lo largo de los últimos 50 años”, cuenta Dimitri Papanikas, ejecutivo de Ventas.

La idea de pensar en shows globales también motivó a Erik Barmack a irse de Netflix, donde era VP de International Originals, para fundar Wild Sheep Content. “Estamos en el negocio para resolver cómo empaquetar shows internacionales, anticipando un mundo en el que habrá más y más inversión en TV internacional”.

Con un enfoque similar también irrumpió en el mercado la compañía argentina Utópica Media: “Utópica nace como una agencia de contenidos con una mirada internacional. Nos concentramos en la escritura y la creación de historias con una mirada universal, a la vez que con un twist moderno. Buscamos los jugadores correctos para cada proyecto: el músculo de producción correcto, la distribución correcta para llegar a la pantalla correcta, con un modelo colaborativo y una mirada internacional”, define Carlos Wasserman, creador de contenidos de Utópica Media.

Los riesgos de la coproducción internacional

Y si hablamos de la proyección internacional de las series, debemos referirnos a uno de los modelos más buscados en la industria de la TV actual: la coproducción entre distintos países.

Una productora pionera en este sentido es la gallega Portocabo, que con su serie Hierro (coproducida con la francesa Atlantique Productions y emitida por Movistar+ en España y por ARTE en Francia) materializó su manera de entender la producción de ficción televisiva.

Hierro (Portocabo, Atlantique Productions)

 

“Siempre trabajamos la coproducción internacional desde el contenido: nunca nos sentamos con un potencial socio con más de un guion. Quiero que vea la serie, la entienda. No hago la coproducción para cubrir un gap, para mí eso no es coproducir; coproducir es hacerlo juntos, y de momento nos va funcionando”, señala Alfonso Blanco, director general de Portocabo.

¿Y cómo afecta a las historias la entrada de un partner internacional? “Nuestros productos se trabajan desde la realidad, tienen que tener verdad, se deben apoyar en los personajes y estar concatenados con el sitio en el que suceden. Sin embargo, en la forma de construir los personajes y la historia, queremos que tengan una visión internacional, no queremos ser localistas en eso”, responde Blanco. “Queremos trabajar en estándares globales. Ese es un poco nuestro sello: visión local, international appeal”.

La búsqueda del socio internacional indicado, entonces, se vuelve clave para que la serie no camine hacia terreno de nadie.

“Para los acuerdos internacionales, lo primero que miramos es la historia y luego la confianza en el partner extranjero”, explica en este sentido Emilio Amaré, socio y director general de la productora española Plano a Plano. “La financiación y la distribución la buscamos juntos”.

De momento, esa confianza la encontraron en la turca Tims&B Productions -con la que firmaron un acuerdo de coproducción en el último Mipcom- y en la mexicana Dopamine, con la que se encuentran trabajando en la serie Niños de Morelia, una coproducción española-mexicana que contará la historia de dos de los 456 menores que llegaron a México el 7 de junio de 1937 procedentes de una España golpeada por la Guerra Civil.

“Es una serie que tenía que ser codesarrollada y coproducida desde el inicio, tanto por el tamaño como por el sentido de la historia. Porque era una historia que vuelve a tocar a México y a España, y es importante tener dentro del equipo ese mismo sentido, esa misma afinidad, diálogo, polémica y visiones que enriquecen las pantallas”, cuenta a ttvOriginals la CEO de Dopamine, Fidela Navarro.

Para Dopamine, este será su segundo affaire con España, tras su esperada serie histórica Hernán, coproducida con Onza Entertainment. Según Navarro, esta superproducción que compite con contenido anglosajón es la prueba de que “podemos competir desde México en el mercado internacional con nuestras propias historias”.

Hernán (Dopamine, Onza Entertainment)

 

Sin embargo, la CEO de Dopamine reflexiona sobre los peligros de la coproducción internacional. “Hace unos años nadie quería coproducir con México, y ahora es al revés. Creo que eso es positivo, pero tiene sus desventajas y sus riesgos, porque puedes perder tu sello de identidad como productora. Algunos proyectos tenemos que hacerlos solos, otros con socios, pero sin duda tiene que haber una afinidad entre casas productoras, porque tampoco hay tantas plataformas en todas partes. Entonces es como una burbuja engañosa: por un lado parece que hay mucha producción, muchas posibilidades, pero al mismo tiempo son muy pocos los jugadores”.

Modelos, alianzas, socios, enfoques. Aunque las voces se pronuncian diferente sobre el modo de contar y de producir, coinciden en que todo comienza y acaba con una buena historia. Como bien sintetiza Ran Telem, director de Desarrollo de Contenido Internacional de The Mediapro Studio: “Una serie no es sobre el origen de sus actores ni sobre el país donde se desarrolla, sino sobre el ser humano y su complejidad. Emociones y sentimientos. Solo con eso nos identificaremos”.

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