Bambú Producciones no necesita presentaciones. ttvOriginals habla con su fundador acerca de producir para las plataformas, del fichaje de showrunners, de la hermandad entre España y Latinoamérica, y de mucho más.

Cuando en 2007 fundó -junto con su socia, Teresa Fernández-Valdés- Bambú Producciones, Ramón Campos no soñaba con que sus series cruzarían los océanos y figurarían entre las más demandadas por la audiencia global.

Sus producciones han sido fundamentales para llevar la marca España a lo alto de la ficción internacional, y el “sello Bambú” se ha convertido en garantía de calidad. Hoy no hay quien no quiera trabajar con ellos.

Así lo demuestra la variedad de clientes para la que están desarrollando proyectos: “Acabamos de lanzar En el corredor de la muerte en Movistar+ y estamos por estrenar con ellos la serie documental Bajo escucha de Isaki Lacuesta; tenemos Un asunto privado, una de las primeras series originales de Amazon en España; estamos trabajando en la quinta temporada de Las chicas del cable para Netflix y ya confirmada la sexta; además de la nueva temporada de Alta mar también para Netflix; y una serie para Apple. Y aparte estamos con dos nuevas películas, la nueva de Isaki Lacuesta y otra de terror”, resume Ramón Campos en diálogo con ttvOriginals.

¿Cómo vive una productora como Bambú esta era dorada de la ficción en español?

Ahora mismo es maravilloso el mercado tal como está. Hay que tener en cuenta que para nosotros, hasta hace diez años, había solo tres cadenas a las que tocar la puerta: si Antena 3, Telecinco y TVE te decían que no, la serie iba a un cajón y no se producía nunca.

Ahora, de repente han empezado a salir proyectos muy jugosos que los productores teníamos guardados.

Y es que, curiosamente, la gran explosión de las series españolas va a ser el año que viene, en 2020. Porque Netflix tiene guardadas 11 series españolas para estrenar en el año, Amazon llega a España y va a lanzar las primeras originales, Apple está viniendo a España también, Movistar+ continúa con su producción, Atresmedia Studios está produciendo series también… Entonces, esto que el mundo ha vivido como una gran explosión de series españolas es nada comparado con lo que se avecina. Va a ser un aterrizaje apabullante.

¿Están en conversaciones con las nuevas plataformas que se lanzarán en estos próximos meses?

Todos estamos hablando con todos. Pero hay plataformas que ya están más asentadas en España y otras que están estudiando cómo posicionarse en el mercado español y latino.

Es que es curioso cómo ahora se nos une a lo latino y a lo español. Y todo el mundo está analizando qué producto es el mejor para viajar de un lado a otro, porque no es producir solo para España, sino que ya vienen produciendo para España y pensando en Latinoamérica también.

Nosotros ahora podemos disfrutar de algo que durante décadas los productores soñaron y no consiguieron: un mercado de 400 millones de personas al que dirigirse.

Las series de Bambú han gozado de un gran éxito internacional. ¿Es una línea de producción buscada?

En realidad, la búsqueda del mercado internacional no es algo que nos obsesione. Comenzó en nuestra carrera con Gran hotel (2011); fue la primera vez que llegamos a Cannes y tuvimos la sensación de que algo estaba pasando. Luego Velvet (2014) fue la confirmación de que había un mercado internacional que permitía viajar a nuestros productos.

Y ya luego la llegada de nuestras nuevas series y de las plataformas nos ha permitido ir introduciéndonos en otros mercados.

Yo creo que la gran ruptura de barreras del mercado español ha sido con respecto a Latinoamérica. Era un mercado que se nos resistía por el acento español, que a la gente en Argentina, México o Miami les costaba comprender. Y esa barrera se ha roto y por ese camino que han abierto Gran hotel, Velvet o ahora La casa de papel, vamos a empezar a poder hacer productos donde sí se vea ese mundo internacional de los hispanos, en el que podemos mezclar gallego, castellano, inglés… y que todos podemos entender que son productos locales pero que nos pueden interesar a todos.

Estamos viendo a productoras que viajan a producir historias de y en otro país. ¿Podemos esperar eso de Bambú?

Ahora estamos trabajando en proyectos que se desarrollan en Miami, En el corredor de la muerte se rodó en Panamá… Si hay una buena historia y podemos producirla para una plataforma, ya no tenemos ningún problema en viajar. Al igual que para los espectadores se han roto las barreras, se han roto para nosotros los productores. Ahora podemos extender nuestros contenidos mentalmente: pensamos en personajes españoles que llegan a Miami…

¿Pero Bambú podría, por ejemplo, producir en Argentina una serie argentina?

No. Yo creo que eso es complicado. Para hacer una serie completamente argentina desde Bambú, o tenemos un showrunner argentino en casa, o va a ser muy difícil que la hagamos.

El ejemplo está en Fariña. Nosotros hicimos esa serie porque somos gallegos y conocemos muy bien Galicia, vivimos muy cerca el narcotráfico. El 99% del equipo era gallego. Con el éxito que tuvo Fariña, nos vinieron a pedir una serie parecida en La Línea [de la Concepción], que es en el sur de España. Y dijimos que no. Porque nosotros no conocemos aquello, no sabemos cómo se comporta la gente, la jerga, cómo son los códigos de conducta.

Entonces, quedaría muy falso que yo hiciese una serie en Argentina sin conocerlo para nada. Yo creo que ahí sí tiene que entrar un showrunner del lugar para que lo local realmente respire.

¿Notas un gran cambio con la importancia de la figura del showrunner en las series en español?

En realidad no es un gran cambio, porque ahora le llamamos showrunner pero siempre le hemos llamado productor ejecutivo. No es tanto el creador, sino la persona que se responsabiliza de llevar el proyecto a bien fin y de señalar con una bandera al resto del equipo que venga detrás.

Cuando Teresa y yo creamos Bambú fue para controlar nuestros proyectos, como guionistas. Yo había vivido situaciones muy surrealistas con guiones míos, viéndolos producidos y pensar: “Nadie ha entendido nada, ¿por qué nadie ha levantado el teléfono para preguntarme?”.

En Bambú empecé yo a hacer producción ejecutiva, luego se unió Teresa, y ahora hemos fichado a Josep Cister, que era el director general de Boomerang TV y se ha venido como productor ejecutivo. Y también a Diego Sotelo, que hizo con nosotros Fariña y En el corredor de la muerte, ahora va a desarrollar proyectos solo en Bambú como productor ejecutivo.

Les hemos dado un despacho a cada uno y les hemos dicho: “Chicos, este es vuestro lugar para crear. No os preocupéis, vais a tener para vivir perfectamente, solo queremos que creéis lo que a vosotros os guste”. Es un proceso con el que soñamos y ahora está siendo.

Por fin se está reconociendo a los creadores…

Yo he vivido el momento de la explosión, con Álex Pina, Javier Olivares, Iván Escobar, yo mismo… antes nadie sabía quiénes éramos. Y ahora en el mercado, las plataformas, sí lo saben. Hoy no es lo mismo que llegue una serie de Álex Pina a que sea de alguien que no se conoce.

En nuestro caso, creo que nuestros nombres están más diluidos en el nombre de Bambú. Por ejemplo, es muy curioso que Movistar+ promociona todas sus series como “Creada por” y la nuestra es la única que es “Creada por los creadores de Fariña”. Nuestra marca nos supera a nosotros, y nos parece muy bien, porque estamos todos bajo ese paraguas que es Bambú.

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