La serie ya es la más vista en Netflix en España y ingresa al Top 10 en varios países de América Latina y Europa.

Estrenada en septiembre del año pasado en Antena 3, los 13 episodios de Toy Boy tuvieron una media 8,4% de share en TV abierta, una cifra seguramente menor a la que esperaban sus creadores.

Pero, tal como sucedió con La casa de papel, la serie de Plano a Plano y Atresmedia encontró desde el lunes una nueva vida en Netflix, con un éxito seguramente mayor al esperado.

Es que en estos pocos días la serie ya ha logrado colocarse como lo más visto en Netflix en España, según el ranking Top 10 que la plataforma publica.

Y además de España, el fenómeno se ha extendido internacionalmente.

Por ejemplo, en Argentina está en la segunda posición de lo más visto. En México en la novena y en Chile en la tercera.

En Brasil, en tanto, sorprende en la primera ubicación, al igual que en Israel, donde también lidera.

Otros mercados poco «convencionales» para una serie española también sorprenden: está segunda en Rumania, séptima en Polonia u octava en Hungría.

Toy Boy es una producción de Plano a Plano para Atresmedia. Fue creada por César Benítez, Juan Carlos Cueto y Rocío Martínez y cuenta con Sonia Martínez, César Benítez, Emilio A. Pina, Juan Carlos Cueto, Rocío Martínez y Emilio Amaré como productores ejecutivos.

Iñaki Mercero y Javier Quintas fueron los directores de la serie mientras que Juan Carlos Cueto y Rocío Martínez estuvieron al frente del equipo de guion en el que se encuentran Almudena Ocaña, Fernando San Cristóbal, Pablo Roa y Ramón Tarrés.

Es protagonizada por Jesús Mosquera, Cristina Castaño y María Pedraza.

Sinopsis:

Hugo Beltrán (Jesús Mosquera) es un stripper de Marbella joven, guapo y despreocupado. Un día amanece en su velero al lado del cadáver quemado de un hombre: el marido de su amante Macarena Medina (Cristina Castaño), una mujer madura y poderosa con la que Hugo mantenía una extrema relación sexual.

Hugo no recuerda nada, pero sabe que él no es el asesino, sino la víctima de un montaje para inculparlo. Tras un rápido juicio, lo condenan a quince años de cárcel.

Todo cambia siete años más tarde cuando Triana Marín (María Pedraza), una abogada joven y ambiciosa, consigue reabrir el caso y la libertad condicional para Hugo. Hugo vuelve a su antigua vida de stripper, pero esta vez para descubrir la verdad. Una historia sobre la traición, el sexo, el miedo y la manipulación. Una historia sobre la familia y los secretos que nunca deberían salir a la luz. Una historia de un crimen terrible, pero imperfecto.

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