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Al micrófono

Los herederos de la tierra: Netflix estrena continuación de La catedral del mar

La plataforma estrena este 15 de abril la esperada continuación de La catedral del mar bajo la dirección de Jordi Frades, que comparte con ttvOriginals detalles sobre esta producción ambientada en la Barcelona del siglo XIV, y que actualiza de forma sustancial el estilo de las series televisivas más clásicas.

Netflix estrena Los herederos de la tierra, basada en la novela del escritor Ildefonso Falcones, continuación de su otra famosísima novela, La catedral del mar. Su precedente adaptación a la pantalla no necesita presentaciones. Fue una de las primeras series que mostraron a qué punto la televisión en general, y las nuevas plataformas en particular, estaban dispuestas a subir el listón de la producción original. En América Latina La catedral del mar fue un éxito rotundo, y la plataforma no dudó en apostar por su continuación en cuanto llegó la ocasión.

Desde La catedral del mar a Los herederos de la tierra, varias cosas han cambiado, y otras no tanto. En esta ocasión la serie se rodó enteramente en Cataluña como explica su director. Se aumentó considerablemente el número de escenas en paisajes naturales. Se pasó del HD al 4K, se filmó en plena pandemia en algo más de cuatro meses, en una Barcelona cerrada al mundo por la cuarentena y los toques de queda y, se logró, a pesar de las circunstancias, evitar con mérito propio que todo el equipo de filmación, el cast y los cuatro mil extras que formaron parte del rodaje, terminaran con éxito el planning sin contagios o contratiempos. Para conocer más detalles acerca de esta nueva presentación, conversamos con Jordi Frades, director ejecutivo de Diagonal (Banijay Iberia), y director de Herederos de la tierra, así como de su precedente, La catedral del mar, entre tantas otras.

¿Cuánto tiempo llevó el rodaje y cómo estaba conformado el equipo?

El rodaje duró unos 4 meses y algo. A diferencia de La catedral del mar, que se rodó en Madrid, en estudios, en exteriores y en Cataluña, esta vez se filmó enteramente en Cataluña, porque toda la parte de la historia que refiere a los oficios del vino y del mar, está más vinculado a la costa catalana. Por esto mismo, utilizamos espacios naturales más allá de algunos sets. Incluso los interiores son naturales.

La selección de decorados fue compleja, pero creo que tenemos unas locaciones muy interesantes.

Con relación al equipo volví a contar con los mismos técnicos: Teo Delgado como director de fotografía, Federico Jusid a cargo de la música, y algunos cambios debido al cambio de locación principal. Al final, creo que conseguimos hacer algo similar al punto de partida que teníamos con La catedral del mar, pero llevando al espectador a un mundo nuevo, y en el que se va a encontrar con la misma tipología de historias en torno a traiciones, violencia, amores truncados, y pasiones desatadas.

¿Qué expectativas tienen con esta nueva producción?

Yo espero que la gente que disfrutó de La catedral del mar pueda disfrutar de Los Herederos de la tierra. Creo que siendo distinta, tiene elementos en común, y es que al final, mi punto de vista sobre las series de época parten del mismo lugar: un amor por el cine clásico, no dejarme llevar por las tendencias del momento, y no olvidarme del público.

Yo trabajo pensando mucho en qué tipo de audiencia disfrutará de esta historia. Me lo planteo mucho. Siempre digo que trabajo más para el público que para la industria. Trabajar para la industria a veces es trabajar pensando qué dirán tus compañeros de profesión. Pero lo importante es qué dirá el público.

Al final, los que trabajamos en esto nos convertimos un poco en eruditos de la materia. Y nuestros gustos a veces son tan exquisitos, porque estamos todo el día viendo series y analizándolas, y escribiendo sobre ellas, lo que nos transforma en intelectuales de la televisión. Y eso te hace correr el riesgo de alejarte del público.

Al final, cualquier persona que haya visto Isabel, La catedral del mar o Herederos, seguramente encontrará puntos en común. Hay una manera de mostrar las emociones que forma parte de la manera que tengo yo de contar historias.

¿En qué proyectos está involucrado en este momento?

Ahora estoy produciendo, como productor ejecutivo, no dirigiendo, con Viacom y Atresmedia estamos haciendo La novia gitana, una adaptación de la novela de Carmen Mola y dirigida por Paco Cabezas, director entre otros de The Walking Dead, Penny Dreadful (Crónicas del terror) y otras series conocidas en EEUU.

Lo llamé directamente cuando surgió este proyecto. Al principio pensé que sería imposible y finalmente la novela le encantó. Resulta que le producía ilusión filmar en España, y además él es del sur así que toca un poco sus raíces y le agrega toda su impronta personal.

A su vez, estamos produciendo Los pacientes del Doctor García, una adaptación de la novela de la recientemente fallecida Almudena Grandes, que cuenta una historia alrededor de la guerra civil española, con espionaje e intrigas, que sucede en España, en Inglaterra, en Argentina, y en otros países, y que recién estamos rodando al mismo tiempo.

¿Es difícil para las productoras entrar en contacto directo con las plataformas?

Es complicado porque hay mucha competencia. Es verdad que han crecido mucho las oportunidades. Pero también las plataformas utilizan mucho al talento creativo de forma directa. Antes un canal le encargaba un proyecto a una productora, y era ésta la que buscaba el talento creativo. Ahora a veces ocurre al revés, y la plataforma le encarga al guionista un trabajo, y para el que luego se busca la productora. Esto hace que ciertos guionistas tengan a veces contratos de exclusividad. Estamos empezando a trabajar un poco a la americana.

Porque de pronto se dio un boom con series como La casa de papel y todo lo que gestó Velvet o Las chicas del Cable o La catedral del mar, y tuvimos que encarar una cantidad enorme de producciones que siguieron a estas. Pero a su vez al haber más competencia a veces es difícil venderlas.

También esperamos en algún momento hacer Originals. No nos ha tocado aun, pero estamos trabajando con todas las plataformas y grupos que están llegando al país, y esperamos cerrar algo próximamente.

¿Cómo y dónde se encuentran las ideas originales hoy en día?

No hay que dejarse llevar por los hits del momento. Porque cuando el Juego del Calamar es un éxito por ejemplo, cuando pretendes llevar algo parecido, ya es tarde. No tiene sentido con algo que ya ha sido un éxito. Hay que pensar cómo llegar con otra historia que pueda resultarles interesante, y que a ti te resulte interesante.

Al final uno no tiene mucho que pensar en lo que ellos pueden buscar, sino en lo que tú puedes ofrecer.

Y de eso se trata también adelantarse a lo que se viene, que es muy complejo. Es nuestro quebradero de cabeza: pensar qué te gustaría hacer y qué le podría interesar al espectador. Pero no hoy, sino dentro de dos años, que es lo que ahora se tarda en poner en pie una serie. Antes uno llevaba dos hojas, se empezaba a producir y en seis meses estaba al aire.

¿Cómo cambia esto las reglas de juego?

Con Isabel por ejemplo, nosotros estábamos rodando la serie y todavía no teníamos todos los guiones. Teníamos un mes y medio para escribirlo. Se recibía el input de lo que iba funcionando y así se iba modificando la historia.

Las series que se producen hoy, tienen escritos todos los episodios antes de empezar a rodar, y se abren todos de una sola vez, como si fuera una película. Y eso permite también ciertas cosas de producción.

También ha cambiado el número de episodios. Antes todas tenían 13 episodios, y ahora 6, 8 o 10. Obviamente cuantos menos episodios hagas, más sube el coste de la serie ya que algunos costos se reparten entre el número de episodios.

¿Cómo fue trabajar con Netflix en esta serie?

Juan Maine era el que estaba en el departamento de ficciones de Netflix. La experiencia ha sido maravillosa. No he sentido en ningún momento una intromisión de ningún tipo. Con Juan compartimos todas las dudas creativas y él siempre delegaba estas decisiones en mí, lo cual me hacía sentir que realmente había una confianza en mi trabajo.

Es cierto que yo comparto todo con ellos, y más allá de mis deseos, es lógico que lo haga, son las personas que permiten que la serie vea la luz, y esto te permite contar la historia que uno quiere contar, de la forma que uno la quiere contar.

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